sexta-feira, 9 de agosto de 2024

Desabafo





 Gente, eu to super cansada!

Uma brasileira que vive na Espanha ha quase 9 anos.

Casei com o "amor da minha vida", e logo descubro que ele só queria uma besta pra ter 1% em cada empresa que abrisse no Brasil... enfim, depois de descobrir tantas mentiras e de seprara, conheci a outro homem, super gente boa, e que decidiu me dar um filho, e começar uma linda familia comigo!

Resulta, que minha "querida" sogra, me odeia por ser extrangeira. Na verdade, ela odeia qualquer mulher que se aproxime do seu filho, pq meu atual foi casado por 8 anos com uma espanhola, e ele ja era ruim com a sua ex nora.

Eu, pensando que ela era boa, decidi fazer a cabeça do meu atual a comprar uma casa parede com parede com ela, pois ela padecia de cancer, e eu queris cuidá-la! Meu Deus, o que foi que eu fiz??? Pois bem, essa foi a pior besteira de todos os tempos. hoje nao posso nem vê.la que tenho crise de ansiedade e padeço de uma forte depressão.

Essa mulher me fez sair do trabalho, deixando clro que nao me ajudaria com meu filho, que nao cuidaria dele enquanto trabalho. Sem saída, sai do trabalho, sem direito de nada, ficando a mercê do filho dela e, claro, agora passei a ser a "mantida". nao tem jeito, me estrepei de todo jeito!

Me pergunto, que ofensa eu fiz pra Deus??? por queê???

Agora tenho um bebê de dois anos e meio, estou sem trabalhar, sendo recusada por todos os lados por nao ter quem me ajude com meu bebê em caso que ele adoeça...as empresas nao querem contratar pessoas como eu, e sao muito claras e objetivas!

Falo português, castellano, um pouco de ingles, tenho A1 em alemao, entendo um pouco d efrancês e um pouco de italiano...e mesmo assim, nao estou tendo oportunidade de trabalhar.

Junto a depressão, a ansiedade, o medo de ver a minha sogra(porque ela sempre me surpreende com alguma atitude ruim e descabida), agora to sem poder trabalhar e sme poder dar uma boa vida ao meu filho!

Que tipo de mãe eu sou???? Nao sei mais que armas usar...

Escrevi um livro em Wattpad, mas nao chegui nem a 42 leitores. Criei um instagram com a ajuda da inteligencia artificial e nao deu resultados. Escrevi livros infantis para Amazon e, por ultimo, fiz desenhos infantis para o youtube...e nada deu certo, nada funciona, mas por quê?? Gente, aonde eu to errando??? Ah, e o tiktok também nao ta gerando nada de nada! Ufff...que agonia! Nao basta ter tido falta de sorte e obstaculos na vida amorosa, agora tenho na financeira tb? 

Alguém pode me ajudar? No que eu posso melhorar? Como posso desenvolver melhor cada um desses trabalhos que eu fiz?

Desde já agradeço a sua atenção!

OBS.: falta agora que esse post nao alcance ninguem, entao sim, vai ser outra tremenda frustração!


domingo, 14 de julho de 2024

 



Hola, amigos!

He publicado algunos capítulos de mi libro aquí para que vosotros podéis acompañarme en esa nueva jornada. Si tenéis intereses en saber como continua esa historia, basada en hechos reales, podéis seguirme desde la plataforma Wattpad, allí es donde está siendo publicada el ebook, si tengo éxito, quizás pueda hacer por impresión en papel más adelante!

Agradezco vuestro cariño y confianza!

Muchísimas gracias

Más allá del Instinto - Capítulo 7


Nada más empezar a amanecer, Nancy fue despertada con una sensación de placer entre sus piernas, sentía la lengua cálida de Martín dando vueltas y haciendo movimientos verticales a mucha prisa, arrancando los motores para las preliminares. Nancy lo amaba tanto que todos los problemas, indirectas y mal humor de los demás de Martín y su familia se quedó en el pasado. No quería pensar en nada, sino en amarlo en aquel momento, abrazarlo y disfrutar de los días que vendrían. Después de hacer el amor salvaje una y otra vez, decidieron ir a tomar café en un bar cercano, en la misma calle y acera.

Muchas personas se quedaron sorpresas al ver a Martín acompañado de una rubia, que se notaba que era extranjera, pensando que era rusa o ucraniana, hasta que Martín presentó a Nancy como brasileña, pero tampoco dio más explicaciones que era su novia. Principalmente las camareras le tenían los ojos encima y también con la misma mirada de sorpresa hacía ellos y se miraban desconfiadas entre ellas, ni siquiera le dieron buenos días, ni nada, apenas les sirvieron los desayunos. Nancy percibió algo raro en el aire, una vez más, pero lo dejó pasar.

En seguida de terminar el desayuno, caminaron unas cinco manzanas. Nancy no sabía adonde iban, pero Martín con su silencio de costumbre, siquiera la agarró de las manos, seguía a pasos largos. Nancy intentó darle las manos para seguir juntos como una pareja romántica y que se querían, pero Martín ponía las manos en el bolsillo, siempre con alguna excusa de saludar a la gente o de tocar en su teléfono, hasta que Nancy se olvidó de volver a darle las manos y prosiguió a su lado sin decir nada más, ni una sola palabra, apenas le seguía la corriente. Ella esperaba más de su amor, pero entendía que eran de países distintos y por supuesto de culturas diferentes, que no eran tan cálidos como los brasileños, a punto de demonstrar afecto, menos aún en la calle y delante de los demás. 

Caminaron haciendo algunas paradas, hablando con la gente, pero en ningún momento él la presentaba a ella, así que seguía callada y saludaba a la gente con una sonrisa y un movimiento de cabeza en señal positiva, a pocos pasos de la última parada llegaron a una casa muy antigua. Martín abrió el portón al que saltó un perro callejero de color caramelo encima de Nancy, era hembra, y la lamía como si conociera a Nancy, al que le llenó el corazón de alegría aquel pobre animalito. 

Finalmente, Martín entró en casa y presentó a Nancy a una señora que se veía muy mayor, con sus ochenta y seis años aproximadamente, de pelo rubio y simpatía un poco dudosa para su edad. Nancy se acercó y le dio dos besos. La reacción no fue de las mejores. Y enseguida, había un señor muy mayor sentado en un sillón viendo la tele, y él pasaba olímpicamente de Martín y de Nancy, al que la señora le dijo:

 - ¡Ese es mi marido, padre de Martín! 

Así que Nancy percibió que estaba en la casa de sus futuros suegros. Había traído regalos para ellos también, pero quedó con la deuda de volver a su casa y traerles los regalos.

- ¿Amor, por que no me dijiste que veníamos a la casa de tus padres? ¡Sabías tu que yo había traído detalles desde Brasil a toda tu familia! Pero no pasa nada, suegra, te invito a tomar un café en el bar si quieres! 

La mujer aceptó la invitación y fueron en dirección al bar, pues según ella, tenía cosas que hablar de mujer a mujer con Nancy.

Llegaron al bar y Nancy pidió dos cafés, y preguntó a la suegra como le gustaría que fuera el suyo, al que contestó bordemente:

- ¡No tomo café, señorita! ¡Prefiero un granizado de limón!

- ¡Ah! Oww, lo siento muchísimo, pero entonces un granizado de limón, ¡por favor!, dijo Nancy al camarero, al que le asintió con la cabeza.

- Mira, voy directamente al grano, Martín es mi hijo pequeño, ya ha sufrido mucho en la vida por varias circunstancias y solo quiero que mi hijo sea feliz. No sé como os habéis conocido, pero... al decir eso, dio la vuelta en los ojos, enseñando que no estaba satisfecha con su relación con una extranjera. Martín era quien le hacía todos los mandados, era su mano derecha para absolutamente todo. Tenía su marido, pero era igual de mayor, y estaba siendo atendido en la casa verde para ancianos. Si se fuera a vivir en Brasil, ¿Quién la ayudaría con las compras en los supermercados? ¿Quién la llevaría al médico? ¿A quién llamaría en una necesidad?

- Sé que estás preocupada, tal vez porque soy extranjera, pero amo a tu hijo, lo amo con locura. Quiero cuidarlo, ser la persona con quién él pueda contar en los momentos malos y en los buenos. Soy católica, aunque yo no sepa si tenéis religión, pero quiero sumar en vuestras vidas. Quiero ser tu nuera, como si fuera tu hija. Me gustaría que me diera una oportunidad. ¡Y si eso no funciona, me iré! Te hago esa promesa, te doy mi palabra y la voy a cumplir.

La madre de Martín no tenía buena cara, transmitía una mala sensación a Nancy, como si no la hubiera creído una sola palabra. Así que Nancy pensó en dar tiempo al tiempo, al final, había recién llegado de Brasil, y no quería estropear el viaje, aunque tuviera muchísimas ganas de llorar.  Nancy se levantó para pagar la cuenta, al que recordó que no trajo el bolso de casa, pies Martín dijo que no se preocupara, que iban a desayunar cerquita de casa y lo pagaría él. Tampoco sabía que iba a visitar a sus suegros y ,para finalizar, no se había percatado que estaba sin el bolso cuando invitó a su suegra a ir al bar. 

Volvió a sentarse en la mesa y dijo a su suegra que se había olvidado su bolso. La mujer siquiera la miró en sus ojos, sacó el monero y le dijo:

¡Aquí en España, cuando uno invita, paga! Nancy Se quedó muy avergonzada, no se acordaba cuando había sentido tamaña vergüenza o rechazo. Le entró un nudo en la garganta, unas ganas tremendas de llorar, pero respiró discretamente a lo mas profundo que podía, se quedó callada y no volvió a mirarle en los ojos. Ya no sabía que hacer, hubo una mezcla de sentimientos, quería salir corriendo, con unas ganas enormes de volver a Brasil y olvidarse de esa pesadilla. Jamás se imaginó que una suegra le trataría así, tan mal.

Nancy se acordó de la carta que había recibido de su cuñada que decía que "esa no era la mejor familia del mundo", pero que ella !tendría el apoyo en caso que hiciera a Martín feliz". Así que Nancy tomó eso como una misión, ser la mejor amiga, novia, prometida y esposa de Martín, la mejor que él pudiera tener.

Volvieron del bar caminando despacio, ya que la señora sufría de dolor en los huesos y necesitaba tomar su tiempo. Martín las esperaba en la casa de su madre. Y su padre seguía allí callado, sin mirar a nadie. Nancy se acercó y empezó a hablarle. El hombre simplemente le dijo:

 -Mi otro hijo, el bombero, también se enamoró de una brasileña, se casaron, pero duró poco. Yo la amaba como a una hija y él me la quitó! La traicionó con otras mujeres y ella se fue. Y yo me quedé aquí solo, ¡y no voy a apegarme a nadie más! Nancy se quedó en choque, pues eran muchas informaciones en un único día. Él rechazo de sus suegros era algo inminente. Su suegra la miró y le dijo:

-Él tiene mucho dinero, trátalo bien, a ver si te deja algo de herencia! En ese momento, Nancy ya no podía lidiar con tanto. Miró hacía Martín y le dijo que necesitaba volver a su piso, pidió perdón a su suegra por lo ocurrido en el bar y salió caminando hacia el portón. Quería llorar, necesitaba sentirse arropada y eso no estaba pasando desde el día que llegó, para estar así debería haber quedado en Brasil. Martín la agarró por el brazo y dijo, finalmente:

- ¿Qué estás haciendo? ¿He sacado una semana libre de mi trabajo para que conozcas a mi familia y ya te quieres ir? ¿Adonde? Nos vamos a quedar aquí mismo en la casa de mi madre a comer. Nancy no tuvo otra opción, sino tragar el lloro, retroceder las lagrimas que querían caer, y respirar profundamente para desaparecer la sensación de tener un nudo en la garganta.

A la hora de servir la comida, Nancy preguntó si podía ayudarla, fuera arreglando la mesa, poniendo los platos o organizando algo para facilitar la vida de la señora, y la mujer le dijo:

- ¡No necesito ayuda de nadie, me las apañaré sola, como siempre lo hice y lo hago! En ese momento, Nancy decidió que ya no lloraría, simplemente preguntó donde estaban las cosas y ella la ayudaría, aceptando la señora o no. Y así lo hizo.

La señora le sirvió un cocido de pelotas, una comida típica de la huerta española hecha con garbanzos, trozos de pollo, carne, chorizo, bacon, patata, zanahoria, sal a gusto, apio y azafrán. Nancy no la conocía, pero le gustó muchísimo y desde ese día resolvió decir que esa era la mejor comida del mundo y también su preferida. No podía creer que por unas tonterías entre ellos, Nancy por un pelo no probó de esa maravilla de la culinaria de España.

Nancy ayudó a recoger la mesa y barrió el suelo. Se portó como una hija de verdad, en agradecimiento por la comida maravillosa, ofrecida por su llegada. Aunque tuvieran sus diferencias, Nancy sintió que la cosa podía cambiar, bastaba algo de tiempo. Al terminar de recoger todo y dejar todo limpio y organizado, Martín y Nancy volvieron a casa, al que Martín no la dejó descansar y la tiró en el sofá haciéndola de postre. Ella sabía que no era un robot o una muñeca hinchable, pero tenía la seguridad de hacerlo feliz a todo coste, y como lo quería muchísimo, se entregaba de cuerpo y alma a cada vez que él la tocaba y la penetraba. 

Era feliz, se sentía una mujer casi completa. Faltaba algo.


Más allá del Instinto - Capítulo 6




El vuelo duró  9 horas, aterrizando finalmente en Valencia por vuelta de las doce horas. Nancy estaba tan ansiosa que no pudo dormir y descansar durante la noche, estaba muy nerviosa, pues era su primera vez en España, no sabía que le esperaba, pero tenía muchos sueños, muchas ganas de ver a su prometido y de hacerle el amor después de casi un año sin verlo. Lo amaba con locura. Esperó que salieran las maletas en la esterilla y en seguida salió en busca de la puerta de desembarque, su respiración estaba a cada vez más oscilante, faltaba nada para empezar su tan soñado cuento de hadas.

Al traspasar la salida, abandonó las maletas y saltó en los brazos de su amado. Martín la abrazó muy fuerte, con mucho deseo a un punto que Nancy pudo sentir su miembro poniéndose rígido! Verlo y sentir que la echaba de menos de esa manera fue tan mágico, tan especial, que ya se había olvidado que tenía ansiedad y nervios a flor de piel. Cogieron las maletas con mucha prisa y siguieron en dirección al aparcamiento a pagar el boleto y ir a comer antes de seguir de camino a casa.

Martín quería presentarle a su país, su comida típica y las maravillosas playas de la Comunidad Valenciana. Así que siguieron a Calpe, una bellísima ciudad costera, con un mar translúcido, sus casas pintadas de blanco y un aire semejante a Grecia. Nancy creía que había aterrizado en Santorini, tamaña similitud en los aspectos costeros.

Aparcaron el coche y caminaron un poco por la ciudad, deseaban disfrutar de la compañía uno del otro como fuera. Se besaron ardientemente, y las ganas de hacer el amor eran imparables. Eligieron un restaurante donde hacían una paella muy rica, con vistas al mar. 

El camarero puso en la mesa como entrante unos panecillos super blandos, con bastante molla, y un alioli para acompañar la paella. Nancy los probó sin imaginar que le entraría mal aliento, mientras Martín lo evitó, porque decía que repetía a ajo enseguida. 

Al terminar de comer, salieron rápido al coche y siguieron camino hacia Alicante, parando en el camino para comprar a Nancy unas cerezas gigantes, como nunca las habían visto.

Por fin, llegaron a casa! Martín agarró a Nancy con mucha fuerza y la encajó sobre su cintura, sin dejarla escapar. Nancy le pidió que le permitiera ducharse por un breve momento, por quitar el mal olor del largo viaje de su cuerpo y del ajo de la comida, pero sin importarse con nada, Martín subió con Nancy enganchada en sus brazos y la tiró en la cama, empezó a quitarle los deportivos, el vaquero y la camisa que llevaba por encima, dejándola solamente con el bodi de color vino que tenía por bajo, resaltando la figura blanca y hermosa de Nancy. 

La besó con locura en su cuello y oídos a fin de dejarla excitada, su boca fue bajando por donde podía bajo el bodi, hasta que llegó hacía abajo y abrió los tres botones que lo cerraban, sacó su braga y empezó a lamerla y a besarla locamente en su región, dejándola muy húmeda y con ganas de que él la penetrara. por un instante, Nancy intentó agarrarle la cabeza, sus ojos se cerraban y daban vueltas y él no la dejó que lo agarrara, exigió que se pusiera quieta, sin moverse, con las manos para tras, pues él tenía un largo trabajo por delante. Nancy tuvo uno y otro orgasmo, se notaba que Martín era experto en lo que hacía y eso aumentó el deseo y el amor de Nancy por él. 

Cuando Martín percibió que Nancy estaba satisfecha, por fin la penetró, empezando despacio, causando un temblor en las piernas de Nancy y piel de gallina por todo su cuerpo. Ella nunca había probado nada parecido, pero sabía que quería cada vez más tenerlo presente en su vida y repetir esa sensación todos los días, era inexplicable. Nancy logró otro orgasmo, tamaño deseo y experiencia de su amor, y al verla disfrutar, Martín por fin logró lo suyo, pero lo hizo fuera. 

¿Martín, nos queremos tanto, por qué tuviste tu orgasmo fuera?¿ Acaso eso es miedo de dejarme embarazada?, preguntó Nancy, a lo que Martín silenció completamente, dejándola sin entender nada, fue como un cubo de agua fría. Lo quería y dejó pasar. Se fue al baño y se duchó, durmió toda la tarde como una roca, tamaño era su cansancio. Por la noche, al despertarse, Martín le dijo que se pusiera una ropa cómoda, que él la llevaría personalmente a conocer a su hermana Alba y a su cuñado.

Nancy se animó muchísimo, porque iba a conocer a su futura cuñada, la psicóloga que había sido tan amable en enviarle aquellos regalos. Nancy quería retribuir los favores y trajo varios regalos a todos, desde perfumes a joyas, inclusive varios dulces brasileños para que probaran un poco de la culinaria de allí.

Todos miraban a Nancy, con una mirada de ochenta por ciento de aprobación, pero Nancy creía que estaba tan cansada a punto de confundir esas malas sensaciones y otra vez más pasó olímpicamente de su instinto.

Nancy estaba acostumbrada a comida en exceso sobre la mesa, de la misma manera pasaba con la cena. En Brasil se pasa muy bien comiendo, y no hay lástimas a la hora de servir una mesa. Alba puso la cena y un vino para que los cuatro pudieran disfrutar, picaron jamón serrano, unas olivas, patatas fritas de supermercado y algo más de queso. Nancy no podía creer que eso era la cena para cuatro personas, pero se calló y intentó pasarlo bien. Tenía muchísima hambre y la única cosa que tenía en su estómago era la paella que había comido en Calpe a las dos horas de la tarde. Esperaba más de Martín, que la cuidara, que la llevara a cenar y le dejara satisfecha.

Nancy tenía un buen cuerpo a los ojos de los brasileños, se cuidaba, practicaba sus ejercicios diarios, pero a los ojos de estos españoles en específico, tenia que tener un cuerpo más delgado. Definitivamente, no han sido amables con las miradas que la lanzaban y con la recepción para cenar.

Al salir de la casa de Alba, Nancy pidió que por favor cenaran algo, tenía mucha hambre, y Martín le dijo que esa era su costumbre y que ya habían cenado lo que estaba disponible en la mesa de su hermana y que ya era demasiado tarde y que en aquel momento debería de comer frutas, cosas que hacían antes de dormir y le dijo a ella que podía comer libremente si le apetecía. Nancy abrió la nevera y vio unas olivas, varias frutas y unos embutidos, pero nada que pudiera preparar una buena cena, al que vio una barra de chocolate en la puerta y intentó picar un trozo. Entraba Martín en la cocina y lo quitó de las manos de Nancy y al que le dijo:

- Chocolates no se comen por la noche, engorda! Mirándola fríamente. 

Perdió las ganas de cenar, se tomó solamente un vaso de zumo y subió a la habitación a dormir. Martín ya la esperaba desnudo bajo la sábana y otra vez la agarró para hacerle el amor una y otra vez, quedando dormidos ya por la madrugada. Nancy ya se sentía tan agotada que no tuvo orgasmos de esa vez, se durmió hambrienta y con dolores entre las piernas, de tanto sexo que habían hecho, pero Martín no se dio por satisfecho, dejándola descansar para seguir el ritmo al día siguiente.

quinta-feira, 11 de julho de 2024

Más allá del Instinto - Capítulo 5



 Capítulo 5

Al amanecer, Nancy no paraba de pensar en Martín, todo ese sentimiento era una gran locura, pues se conocían solamente dos días y por algunos mensajes, nada más que eso, pero Nancy estaba dispuesta a hacer todo lo que estuviera a su alcance para lograr tener a Martín, se había enamorado.

El corazón no entiende de fechas, de horario, de edad, nada de esas cosas, entonces el corazón de Nancy solo quería una cosa: encontrarse con Martín y hacerlo entrar, de todas formas y maneras en su vida! Así que Nancy cogió un autobús, dejando su coche a disposición de su padre, y partió en dirección a la playa de Paracuru a verlo practicando su deporte. 

Al llegar allí, los amigos de Martín percibieron en sus ojos las ganas que ella tenía hacía él, y de él hacía ella. Ambos ya no conseguían despistar, estaba a la vista de todos. Al bajar del sol, Martín llevó a sus amigos a la posada ya que estos no querían molestar a la pareja de enamorados, y enseguida de ducharse volvió a por Nancy, también ya duchada, arreglada y oliendo a feromonas.

Ya era noche, ambos dentro del coche mirándose, en la orilla de la playa, escuchando las olas del mar, y en completa oscuridad, sin saber por donde empezar! Hasta que Martín tomó la iniciativa, agarró la cabeza de Nancy y empezó a besarla como jamás le habían besado antes, con mucha hambre! El deseo de Martín era imparable, ya no había vuelta atrás. Martín agarró la mano de Nancy y la puso en su pene, haciendo que Nancy diera un grito de susto, sin poder creer que aquello fuera tan grande y grueso, lo que le hacía asustar, pensando como sería a la hora de la penetración. Martín percibió que su grito era por ese motivo, empezó a reírse de la ingenuidad de Nancy y volvió a besarla y a lamerle el oído y el cuello repetidas veces, dejando a Nancy con piel de gallina, completamente mojada y con ganas de hacerle el amor lo más rápido posible, solo quería sentirlo dentro, y no pensar en nada más que consumar el acto, y sin pensar en sus valores de chica de familia y tradicional. 

Nancy se sintió satisfecha, aunque con un poco de molestias en su zona íntima, debido al grosor del pene de Martín, pero él la hizo sentir placer una y otra vez hasta que los dos ya no podían más, le temblaban las piernas! pero ambos estaban seguros de una cosa: ya no querían separarse nunca más en la vida! 

Al volver a la posada, los amigos de Martín sintieron el olor de sexo, y se percataron que Nancy estaba sin sujetador, pues la adrenalina era tanta de haber hecho el amor con su amado en plena oscuridad de la playa, sin saber si aparecería a alguien y los pillaría allí desnudos, que se había olvidado ponérselo! Los amigos la invitaron a dormir con Martín en la habitación y así lo hicieron por última vez!

La vergüenza que sentía Nancy de los amigos de Martín era tan grande, que ella decidió volver a su pueblo, sin mirar hacía atrás. Martín estaba en Brasil para 15 días de vacaciones y de Paracuru, se fue a otras playas. Él intentó innúmeras veces que Nancy fuera con él, pero ella tenía su trabajo, su padre ya muy mayor y todo eso se sumaba la vergüenza de los amigos por haberle visto la teta marcada en su vestido y sentido el olor a sexo.

El ultimo día de Martín en Brasil, Nancy decidió ir al aeropuerto a despedirse de él. Ambos querían más, pero sabían que sería doloroso, ya que ambos estaban separados por un océano. Martín le pidió para que Nancy se comprometiera con él, ella dijo que no, rotundamente, porque ya tenía una experiencia a distancia y sabía que iba a sufrir y que todo eso era demasiado para su corazón. Sentía que lo amaba, pero también sentía que sufriría las traiciones por culpa de la distancia! Las señales empezaron allí, ya le hablaban muy fuerte, pero no quiso hacer tanto caso de su instinto, que ya iban más allá de lo normal.

Ella era muy sensible a lo que pasaba a su alrededor. Sabía lo que pasaría, pero en el último beso de la despedida, decidió aceptar ser su novia, ambos se emocionaron, se abrazaron calurosamente y dijeron el último adiós.

Nancy había sido engañada en el pasado por un ex novio que fue a estudiar medicina en las Islas Cayman, y sabía que podría pasar lo mismo, pues es difícil un hombre aguantar sin sexo por tanto tiempo, aun más semanas o meses. 

Ya se había enamorado algunas veces, pero ese español había tocado la parte más profunda de su corazón.

Decidieron hablar por mensajes todos los días y en varios momentos del día, aunque tuviera una diferencia de cinco horas de un país a otro, y Nancy sabía que mientras ella dormía, la noche de España era larga.

Pasaron un año hablándose, pero Martín le juraba fidelidad, amor, lealtad. Nancy hacía lo mismo, quería probar que de esa vez funcionaría y que sería feliz de por vida.

Estuvo mirando billetes y diciendo a Martín que habían promociones, que se organizara y volviera a Brasil, le dijo que de esa vez se quedaría en su casa con ella y con su padre, pero Martín nunca miró un billete siquiera y hacía poco caso de Nancy, hasta que ella tuvo valor y compró su billete para ella misma ir a verlo en España, sin saber si esa noticia sería agradable para él o no. Ese era otra señal sobre Martín que Nancy no quiso percibir.

Nancy siguió rechazando a varios hombres de buena índole, hermosos y de bien, todo en nombre de intentar algo serio con el hombre que le había robado el corazón.

Martín recibió la noticia con un poco de sorpresa, pero dijo a Nancy que no se preocupara con dinero, que ella se quedaría en su casa, y él la iba a costear los gastos de absolutamente todo. Nancy sintió que Martín era un caballero y que quería algo serio con ella, después de oír esas palabras de apoyo.

Llegó el día de ir de viaje, y toda la familia y hermanos de Nancy fueron a llevarla al aeropuerto, todos deseaban que ella encontrara la felicidad y ella también lo deseaba, quería casar y ser madre mas que todo. 

Entró en el avión y se preparó para dormir, pues seria un largo viaje. 

Capítulo 5

Al amanecer, Nancy no paraba de pensar en Martín, todo ese sentimiento era una gran locura, pues se conocían solamente dos días y por algunos mensajes, nada más que eso, pero Nancy estaba dispuesta a hacer todo lo que estuviera a su alcance para lograr tener a Martín, se había enamorado.

El corazón no entiende de fechas, de horario, de edad, nada de esas cosas, entonces el corazón de Nancy solo quería una cosa: encontrarse con Martín y hacerlo entrar, de todas formas y maneras en su vida! Así que Nancy cogió un autobús, dejando su coche a disposición de su padre, y partió en dirección a la playa de Paracuru a verlo practicando su deporte. 

Al llegar allí, los amigos de Martín percibieron en sus ojos las ganas que ella tenía hacía él, y de él hacía ella. Ambos ya no conseguían despistar, estaba a la vista de todos. Al bajar del sol, Martín llevó a sus amigos a la posada ya que estos no querían molestar a la pareja de enamorados, y enseguida de ducharse volvió a por Nancy, también ya duchada, arreglada y oliendo a feromonas.

Ya era noche, ambos dentro del coche mirándose, en la orilla de la playa, escuchando las olas del mar, y en completa oscuridad, sin saber por donde empezar! Hasta que Martín tomó la iniciativa, agarró la cabeza de Nancy y empezó a besarla como jamás le habían besado antes, con mucha hambre! El deseo de Martín era imparable, ya no había vuelta atrás. Martín agarró la mano de Nancy y la puso en su pene, haciendo que Nancy diera un grito de susto, sin poder creer que aquello fuera tan grande y grueso, lo que le hacía asustar, pensando como sería a la hora de la penetración. Martín percibió que su grito era por ese motivo, empezó a reírse de la ingenuidad de Nancy y volvió a besarla y a lamerle el oído y el cuello repetidas veces, dejando a Nancy con piel de gallina, completamente mojada y con ganas de hacerle el amor lo más rápido posible, solo quería sentirlo dentro, y no pensar en nada más que consumar el acto, y sin pensar en sus valores de chica de familia y tradicional. 

Nancy se sintió satisfecha, aunque con un poco de molestias en su zona íntima, debido al grosor del pene de Martín, pero él la hizo sentir placer una y otra vez hasta que los dos ya no podían más, le temblaban las piernas! pero ambos estaban seguros de una cosa: ya no querían separarse nunca más en la vida! 

Al volver a la posada, los amigos de Martín sintieron el olor de sexo, y se percataron que Nancy estaba sin sujetador, pues la adrenalina era tanta de haber hecho el amor con su amado en plena oscuridad de la playa, sin saber si aparecería a alguien y los pillaría allí desnudos, que se había olvidado ponérselo! Los amigos la invitaron a dormir con Martín en la habitación y así lo hicieron por última vez!

La vergüenza que sentía Nancy de los amigos de Martín era tan grande, que ella decidió volver a su pueblo, sin mirar hacía atrás. Martín estaba en Brasil para 15 días de vacaciones y de Paracuru, se fue a otras playas. Él intentó innúmeras veces que Nancy fuera con él, pero ella tenía su trabajo, su padre ya muy mayor y todo eso se sumaba la vergüenza de los amigos por haberle visto la teta marcada en su vestido y sentido el olor a sexo.

El ultimo día de Martín en Brasil, Nancy decidió ir al aeropuerto a despedirse de él. Ambos querían más, pero sabían que sería doloroso, ya que ambos estaban separados por un océano. Martín le pidió para que Nancy se comprometiera con él, ella dijo que no, rotundamente, porque ya tenía una experiencia a distancia y sabía que iba a sufrir y que todo eso era demasiado para su corazón. Sentía que lo amaba, pero también sentía que sufriría las traiciones por culpa de la distancia! Las señales empezaron allí, ya le hablaban muy fuerte, pero no quiso hacer tanto caso de su instinto, que ya iban más allá de lo normal.

Ella era muy sensible a lo que pasaba a su alrededor. Sabía lo que pasaría, pero en el último beso de la despedida, decidió aceptar ser su novia, ambos se emocionaron, se abrazaron calurosamente y dijeron el último adiós.

Nancy había sido engañada en el pasado por un ex novio que fue a estudiar medicina en las Islas Cayman, y sabía que podría pasar lo mismo, pues es difícil un hombre aguantar sin sexo por tanto tiempo, aun más semanas o meses. 

Ya se había enamorado algunas veces, pero ese español había tocado la parte más profunda de su corazón.

Decidieron hablar por mensajes todos los días y en varios momentos del día, aunque tuviera una diferencia de cinco horas de un país a otro, y Nancy sabía que mientras ella dormía, la noche de España era larga.

Pasaron un año hablándose, pero Martín le juraba fidelidad, amor, lealtad. Nancy hacía lo mismo, quería probar que de esa vez funcionaría y que sería feliz de por vida.

Estuvo mirando billetes y diciendo a Martín que habían promociones, que se organizara y volviera a Brasil, le dijo que de esa vez se quedaría en su casa con ella y con su padre, pero Martín nunca miró un billete siquiera y hacía poco caso de Nancy, hasta que ella tuvo valor y compró su billete para ella misma ir a verlo en España, sin saber si esa noticia sería agradable para él o no. Ese era otra señal sobre Martín que Nancy no quiso percibir.

Nancy siguió rechazando a varios hombres de buena índole, hermosos y de bien, todo en nombre de intentar algo serio con el hombre que le había robado el corazón.

Martín recibió la noticia con un poco de sorpresa, pero dijo a Nancy que no se preocupara con dinero, que ella se quedaría en su casa, y él la iba a costear los gastos de absolutamente todo. Nancy sintió que Martín era un caballero y que quería algo serio con ella, después de oír esas palabras de apoyo.

Llegó el día de ir de viaje, y toda la familia y hermanos de Nancy fueron a llevarla al aeropuerto, todos deseaban que ella encontrara la felicidad y ella también lo deseaba, quería casar y ser madre mas que todo. 

Entró en el avión y se preparó para dormir, pues seria un largo viaje. 

Más allá del instinto - Capítulo 4

 




Capítulo 4

Después de tanto jaleo, Nancy empezó a buscar por sus amigas de la época de la escuela en las redes sociales, y por fin, encontró quien fue su mejor amiga en esa época, Ana Silva, que ya tenía un poco su vida resuelta, era asesora inmobiliaria y su aspecto era de quien había tenido muchos éxitos! Nancy no dudó y la invitó a ir pasar un fin de semana en su casa de playa y revivir aquellos tiempos divertidos.

Ana Silva se ganaba la vida vendiendo propiedades, por lo cual se podía dar el lujo de pasar los días que fueran necesarios en la casa de Nancy, y de un fin de semana, se extendió a algo más de tres meses. Ana era muy divertida, y por eso su presencia no molestada al padre de Nancy, y pasaron a vivir los tres como si fueran una familia.

A menudo iban de viaje a Fortaleza a ver los partidos de futbol, de lo cual ambas tenían amor por el mismo equipo, Ceará Sporting Club, y el primo de Nancy era medico del equipo y efectivamente de los jugadores más cautivantes a los ojos de Ana y Nancy. Su primo proporcionaba entradas gratis a las dos, y esas se animaban a sacar fotos y pedir firmas a cada partido, era una alegría participar de esas ocasiones.

En una de esas veces, Nancy presentó un amigo super querido a Ana, pero este chico era casado y se suponía que debería haber respeto entre todos, bueno, se suponía.

Un día ese amigo se acercó a la casa de Nancy y afirmó no tener adonde dormir aquella noche y preguntó si podría dormir en su balcón, en una hamaca, y que luego al amanecer se iría. Nancy dijo que sí, en el balcón de su propia habitación, le puso a dormir cómodamente. Lo que Nancy no sabía era lo que había por detrás de ese pedido!

Por la madrugada, Nancy se despertó por incomodidad de saber que había un visitante del sexo masculino en su espacio privativo y intimo, aunque fuera casado, pero sabía que esa no era una situación muy cómoda para ella, así que se levantó, percibiendo que su amiga no estaba en la habitación, ya que las dos compartían de la misma cama. Al acercarse, Nancy vio que Ana estaba durmiendo con su amigo y se quedó en choque, pues creía que su amiga era la misma de antes, con valores inabarcables y se quedó muy decepcionada, pero se calló y volvió a la cama. 

Al día siguiente Nancy no dijo una palabra a ninguno de los dos, aunque había un aire de desconfianza, pero siguió fingiendo no saber nada, y Ana tampoco le dijo nada, lo que dejó a Nancy decepcionada y sin poder confiar al 100% en su amiga, al que ella suponía ser una amiga de verdad, de poder abrirse y contar todo una a la otra, pero eso no pasó!

De repente, a la hora de comer, llega un mensaje en el móvil de Nancy, que decía:

Hola, muy buenos días! Soy Martín, al final mis amigos y yo venimos a la Playa de Paracuru, nos pareció más atractiva en todos aspectos y principalmente por la fuerza del aire, los nudos nos hacen tener más adrenalina, y por eso nos hemos decidido quedar por aquí! Si te interesa tener clases de kitesurf conmigo o con uno de nosotros, acércate, y así haces de guía como forma de pago! Un saludo

Ana parecía un pavo real y se animó a ir a la playa vecina conocer a ese chico demasiado espabilado, mientras yo ya estaba desconfiada de lo que podía pasar, dado lo que había hecho por la noche con su amigo. 

Al llegar en la playa, al ver a Martín, el corazón de Nancy saltó por la boca, sentía mariposas en el estómago, no sabía explicar qué estaba pasando, pero su corazón decía que algo importante sucedería.

Se sentaron en un restaurante a tomar unas copas, Nancy, Ana y Martín, y empezaron a mirarse a fondo. Ana no percibió nada, pero lo miraba con hambre, pues Martín era un hombre moreno claro, muy atractivo, con sus 1,90m de altura, cuerpo atlético, aunque espabilado con las palabras, era muy callado y observador personalmente, algo que hacía con que las mujeres se cayeran a sus pies para intentar descubrir sus secretos más ocultos, desde la profundidad de sus bellos ojos negros.

Al quedarse borrachos los tres, Nancy pidió que volvieran a casa, con seguridad mientras podían, y que al día siguiente volverían a comunicarse y seguir la charla encantadora que habían tenido en aquel momento.

Al día siguiente, Nancy despertó con un mensaje de Martín, super interesada en conocerla mejor y seguir la charla interrumpida por la borrachera de ambas amigas, pero que de esa vez solo entre ellos dos. Las mariposas no paraban de moverse en el estómago de Nancy, y decidieron encontrarse por la tarde en el pequeño pueblo de Nancy, en un punto más desierto y tranquilo para ambos.

Los amigos de Martín se habían presentado en la noche anterior, pero no se quedaron para tomar copas, la mayoría de ellos eran casados y con su valor y respeto a sus esposas, se fueron a la posada a descansar, mientras Martín era soltero y tenía ganas de conocer a Nancy.

Al atardecer, Nancy bajó a la playa y mandó la ubicación a Martín, que no tardó en aparecer, dado que este ya estaba esperando por su mensaje hacía un buen rato, de tan ansioso que estaba por encontrarla. 

Charlaron un poco, porque ambos se pusieron muy tímidos, entonces Martín entró en el mar con su kitesurf para probar el viento y si la marea era favorable para la práctica del deporte, mientras Nancy le miraba desde lejos desaparecer en la línea del horizonte.

Al volver a la orilla, Martín esperó a que Nancy se acercara, los dos se miraban con sed y hambre, con deseo de amarse, de hacer el amor en aquel mismo momento y lugar, de desnudarse y consumar aquel inmenso deseo, pero Nancy bajó la mirada hacía su región íntima y se puso muy tímida, porque el órgano genital de Martín estaba muy rígido y se veía bastante grande y con un diámetro considerable, jamás visto en su vida. Esa situación, hizo que Martín volviera al agua fría y bajara un poco el ánimo que sintió por Nancy en ese momento.

Dada la situación embarazosa, ambos quedaron de hablar más adelante, con más equilibrio y tranquilidad, pero Nancy no conseguía parar de pensar en su parte íntima adentrando la suya y haciéndole sentir la mujer más especial del mundo! Esa noche, Nancy estaba intranquila y su relación con Ana no estaba muy bien, pues se notaba que Ana percibió lo que había entre los dos y quería tomar la situación para ella, entonces tuvieron una discusión y Ana se marchó esa misma noche a Fortaleza, rompiendo para siempre los vínculos con Nancy.


Más allá del Instinto - Capítulo 3


 

Capítulo 3

Su padre se llamaba Raimundo Castro, era un señor mayor, ya tenía sus 90 años, viudo. La madre de Nancy había muerto de cáncer hace unos pocos años, por lo que hablar de ese asunto le resultaba aun bastante difícil.

El abuelo de Nancy, Francisco Castro, fue uno de los primeros moradores de aquel pueblo, hasta entonces no existían moradores allí. Es cierto que el hombre pagó por todas esas tierras a uno anciano nativo que vivía alrededor.

Era un hombre con dinero, tenía varios barcos de pesca y empezó a desarrollar aquella localidad. Trajo sus empleados con sus familias de otros pueblos más lejanos y les dio tierras para construir sus casas. Registró a sus empleados con su apellido, ya que estos no eran registrados en la época y no tenían raíces familiares.

Antiguamente, la gente sencilla no tenía la preocupación de registrar sus apellidos, no era obligatorio, y así se quedaban olvidados a la margen de la sociedad. De esa manera se empezó la tradición de la familia de Nancy. Con fortuna y bendiciones, eran queridos por todos del pueblo. El respeto era algo que no podía faltar hacia su familia por tamaña gratitud que le tenían a su abuelo y padre.

Los años se pasaron y el Raimundo tuvo cinco hijos, por lo cual Nancy era la más pequeña, y la que vivía con él tras el fallecimiento de su amada madre, ya que sus hermanos vivían en Fortaleza y venían solamente en los fines de semana a visitarlos y pasarlo bien en familia.

Por donde iban la gente os miraba, os saludaba y por encima os respetaba. Eso era algo a que Nancy ya estaba acostumbrada. Aunque no fuera una princesa real, pero así la trataban cariñosamente. Su humildad hacía tratar a la gente como debería ser, de igual a igual, y eso era lo que dejaba la gente contenta en aquella pequeña localidad.

Muchos chicos se apuntaron a casarse con ella, por su familia adinerada. Ese era un gran problema.

Un día se acercó un chico, Daniel Pontes, hijo de un jefe de policía muy conocido y respetado en la región. Él era abogado, pero conocido como un borracho fanfarrón y mujeriego por la sociedad y para juntar las familias, con el apoyo de su padre, le pidió a Nancy en matrimonio, y mismo sin amor, de pronto, Nancy aceptó, aunque su instinto decía que él no era la persona cierta.

Fueron conociéndose, pero el chico seguía ligando con todas las mujeres que se acercaban, mismo estando Nancy cerca. Lista como era ella, inmediatamente se percató que la gente tenía razón y hablaba la verdad sobre él.

No tenían relaciones, ni cercanías suficientes para sentar y aclarar las cosas, pero siguieron juntos por respeto al dicho compromiso, quizás él cambiaría con el tiempo y la cosa podría funcionar.

Nancy y Daniel fueron a una fiesta juntos, y al llegar en casa, Nancy pidió ayuda a su prometido, que le bajara la cremallera de su vestido, usaba una tanga muy sexy y esperaba a que tuvieran relaciones calientes y de una manera que jamás hubiera pensado. Daniel la miró, se tumbó en la cama y de echo, se durmió! Por ser un borracho, meó en el colchón de Nancy, lo que la dejó muy triste, ya que ese colchón había sido un regalo de su fallecida madre. 

Al día siguiente, Nancy cogió las ropas de Daniel para lavarlas y encontró dentro del bolsillo una servilla manchada de pintalabios de color rojo vivo, la marca de una boca y un trazo arrastrando en el papel, se notaba que alguien sacó la ultima gota de color para no estropearle lo que suponía la camisa. Tuvieran una discusión, pero al final, Nancy lo perdonó! Aunque Nancy buscó entre todas las compañeras a ver quien usaba dicho color para poder investigar más a fondo las circunstancias.

Pasados unos meses, Nancy vio por las redes sociales otro chico, que se declaraba abiertamente a su novio en una fiesta del ayuntamiento, diciendo que estaba al lado del amor de su vida, que lo amaba y que aquel día sería increíble. Con esas declaraciones se quedó claro que su imagen de mujeriego nada más era una máscara para ocultar su opción sexual, debido a que su padre era un hombre duro y rígido de la policía. Nancy llamó a su prima y preguntó quien estaba al lado de quien en dicha fiesta, y allí Nancy casi se cae dura en el suelo. Pq solo había una posibilidad, que él era de verdad gay y eso explicaba porque Daniel nunca, jamás, le hizo sexo oral o salvaje entre cuatro paredes, él era claramente gay y tenía asco de estar a solas con una mujer. Eso explicaba muchas cosas, y sus relación sexual casi a cero, y de manera rápida! Quería engañar a Nancy también. Lo que él no entendía es que engañaba a si mismo, y a nadie más.

-Otra vez dirán por las calles que no aguanto con hombre ningún! – pensó alto, ya que vez u otra escuchaba estos rumores por las calles, de los hombres menos adinerados de su pueblo, que en su cabeza no pasaban de simples cotillas.

¡Al percibir todo lo que se pasaba en su entorno decidió dar fin a su noviazgo, independiente de lo que diría la gente!

Nancy no quería decirle directamente que había descubierto su opción sexual, porque demasiado difícil debería ser vivir de esa manera, entonces lo invitó a comer en un restaurante lejano y tranquilo, para intentar entrar en el asunto.

En el restaurante, Nancy lo vio hablando en su móvil de una manera bastante entretenido y sin darle importancia a la presencia de Nancy.

- ¿Con quién tanto hablas? ¿Que no me das nada de atención? , le preguntó Nancy.

- Métase con tu puta vida!, contestó Daniel.

Nancy sabía que aquel era el momento exacto para terminar con todo. Se levantó de la mesa y salió andando sola, en busca de un taxi. Allí no habían taxis, ni nadie que la pudiera ayudar, entonces salió caminando sola hasta que un hombre desconocido preguntó si ella quería montar en su coche, y sin opciones, Nancy aceptó la amabilidad del hombre y se fue a su casa. En mitad del camino, Daniel emparejó su coche al de hombre, intentando forzar que se parara y que Nancy bajara de su coche, pero eso no pasó y siguieron la dirección de la casa del padre de Nancy.

Al bajar del coche, Nancy agradeció al desconocido, le dio una propina y entró en su casa para dejar a su bolso y se bajó directamente a la playa, dándole tiempo a Daniel para que cogiera sus cosas y se marchara de su casa. Al bajar el sol, Nancy volvió a casa y vio que Daniel seguía allí, pero percibió que su coche estaba con todo su bagaje dentro. Daniel estaba sentado con el padre de Nancy jugando cartas, como una despedida entre ellos. Nancy pasó sin saludar y subió a su habitación para ducharse y enseguida bajar para cenar con su amado padre. Al hacer eso, de pronto Daniel se marchó, sin despedidas, ni conversas, ni nada!

Terminó con Daniel sin que su padre se enterara de sus preferencias, pero Nancy sabía que era cuestión de días para salir a la luz todo eso, aunque estaba decidida a que si la verdad saliera a la luz, que no fuera por su boca. Deseó que fuera feliz y que tuviera el valor de asumir sus preferencias, para no tener que dañar a si mismo y a los demás.

Ni Daniel sabía el real motivo por lo cual Nancy había roto y aun intentó que Nancy volviera atrás y reconsiderara semanas después del término, y por días seguidos iba todas las tardes a hacer compañía a Raimundo y jugar cartas con él, con el pensamiento de hacer con que Nancy reconsiderara, tomando otro no rotundamente como respuesta.

Después de esa relación, fue cuando Nancy de verdad se dio cuenta que debería hacer algo por cambiar de vida, de dar un giro de una vez por todas y encontrar a su hombre.

Tuvo varios novios antes de Daniel, pero siempre y al cabo se descubría que no había amor, y todo era por llevarla como un trofeo, por decir a la sociedad que estaban con la nieta de Francisco, la última nieta soltera. Ese el real motivo por lo cual Nancy ya estaba tan cansada de vivir allí. Ella quería más, ella sabía que se merecía más que ese montón de aprovechados. Ella sentía que había alguien a quien amar más allá del océano. Algo fuerte le hablaba dentro de ella.

Un día, cuando su padre se quedó dormido, ya tarde de la noche, Nancy se fue a la baldosa y empezó a mirar las estrellas y pensando, habló sola en voz alta:

-¿Por qué hay tantas personas enamoradas desde joven y yo sigo aquí envejeciendo día tras días, esperando a que alguien de verdad me valore, me respete y me ame de verdad como uno se lo merece?

Nancy no perdía las esperanzas, pero sabía que el tiempo era cruel y no perdonaba la edad. Veía sus amigas casando, teniendo hijos y haciendo viajes en familia, mientras ella vivía de soñar con la suya que debería construir. ¿Pero cuando sería eso?


Más allá del Instinto - Capítulo 2


 

Capítulo 2

Eran casi las 7:30 de la mañana cuando el sol empezó a golpear el rostro suave de Nancy Castro. Al percibir que iba 10 minutos de retraso, de pronto se levantó de su cama, se puso un conjunto de gimnasio negro, que marcaban muy bien su figura física, de esos que demuestra muy bien la forma perfecta de quien hace ejercicios físicos diarios.

Se tomó un vaso de agua en ayunas, cepilló los dientes a la ligera y se puso a caminar por la calle principal en dirección a las escaleras que bajaban hasta la playa de arena fina y océano de azul turquesa al horizonte, con olas tranquilas y frescas, y donde el aire le hacía cariño en las mejillas como el toque de una pluma. Así eran todos los días de Nancy, una rígida rutina para empezar a ganar energía para seguir adelante durante las próximas largas horas de trabajo. 

Nancy hacía ese mismo recurrido absolutamente todos los días tal y cual y no lo cambiaba porque cuando apareciera por fin su príncipe encantado, él sabría exactamente dónde encontrarla y estaba cierta que tendría que ser allí, pues no quería dar la casualidad de hacer un nuevo trayecto y justo ese día no encontrar con él.

Mientras caminaba, venían los mismos pensamientos en su cabeza: "¿Cuándo mi vida cambiará? ¿Cuándo conoceré el amor verdadero? ¿Aquél que me sacará de aquí, de este lugar tan pequeño e inerte?".

Nancy nació en ese pequeño pueblo, llamado Playa de Lagoinha, ubicado en Brasil, a unos 100km de la gran ciudad Fortaleza. Miles de personas llegaban y salían, pero su corazón siempre le decía que ese momento aun llegaría, y se llenaba de esperanza.

En su pueblo hay un dicho muy popular que dice que cualquier persona que beba del agua del lugar, jamás querrá salir, porque todos que conocen a esa playa sueñan en vivir allí.

Muchos consideran un pedazo de paraíso perdido en Brasil, aunque no olvidado, pero a Nancy le daba angustia, algo dentro de ella decía que su hogar estaba en otro sitio, quizás del otro lado del océano, este mismo a lo cual ella miraba todos los días perdida en sus pensamientos más profundos, como si estuviese buscando a su salvación, a aquél a quien le sacaría del pueblecito.

Después de sudar y soñar con su futuro, Nancy volvió a casa, se duchó, bajó a la cocina en la planta baja de su bellísima casa frente al mar para desayunar y apresuradamente cogió el coche para hacer sus 12kms diarios de ida hacia el trabajo.

Nancy trabajaba en el ayuntamiento del distrito, como directora de tres concejalías: de turismo, cultura y medio ambiente. Era una chica bastante trabajadora y se veía bastante guerrera y valiente a los ojos de quien no la conocía, pero era dulce, romántica y bastante ingenua. Todos le pedían ayuda en el trabajo, la tenían ahogada de tareas, pero no sabía decir no a la gente, aun así, sacaba tiempo para seguir su instinto, y vivir su esencia.

¿Era un día con un aire diferente, sabía ella que algo pasaría, pero que sería? ¿Era viernes y que podría esperar del fin de semana?

Estaba firmando un mogollón de papeles, llevaba mucha presión por terminar ya que algunos de esos documentos tenían plazo de entrega en los órganos públicos, cuando para empeorar se acerca Raquel, su secretaria, y le dice que hay un correo en español para la concejalía de turismo, y como nadie hablaba el idioma, no sabían de qué se trataba y de pronto Nancy se puso delante del ordenador y empezó a leer el correo que decía:

"Hola, ¡Buenos días! ¿Soy Martín, me iré a Brasil dentro de un par de días con unos amigos a practicar Kitesurf y nos gustaría saber cómo es la Playa de Lagoinha, si hay hoteles, cuantos nudos de aire hay para la práctica del deporte y dónde comer? Dependiendo de vuestra respuesta, nos iremos a la playa vecina. ¡Sorpréndanos!

Un saludo desde España,

atentamente,

Martín Garcia"

- ¿Ay la madre, eso es una broma? ¡Vaya insulto! ¿Será posible que este no sepa pesquisar por la página oficial del ayuntamiento y sacar sus propias dudas? ¡Demasiado trabajo tengo para pesquisar y exponerle los "nudos" que hace el aire y aun sorprenderle en la respuesta! ¿Y por qué no hay gente aquí que hable otros idiomas? – habló sola, frustrada, por tener que perder tiempo explicándole al hombre esas tonterías, aún más porque ese dato no existía en la página oficial. ¿Y Ahora donde sacaría esa información?

Aunque estuviera enfadada, Nancy terminó con todo el papeleo y se puso a llamar por teléfono a los profesionales del deporte que estaban en el pueblo, pues empezaba la temporada de aire y prácticas de deportes acuáticos, y en seguida saltó a contestar al señor muy amablemente, al final el pueblo necesitaba turistas para seguir en desarrollo, aunque fueran ese tipo de gente:

"¡Muy buenos días, señor Martín! Es con inmenso placer recibiros en nuestra preciosa playa. Aquí disponemos de posadas y hoteles a su gusto, que ofrecen sabrosos platos de la región, desde pescados, carnes o pastas.

Podéis disfrutar de agua de coco muy fresca y otros aperitivos sin tener que salir de su comodidad, aunque disponemos de una plaza central muy hermosa con una linda iglesia y puestos de comidas típicas y rápidas. Por supuesto, nuestra playa es formada de una media luna, con una extensión de 4km y con hermosos puntos turísticos a visitar, el aire puede tener variaciones de 22 hasta 27 nudos, por lo que sería ideal para la práctica de vuestro deporte, para principiantes hasta los más valientes.

Espero haberos ayudado.

Estaremos siempre atentos en lo que necesitéis.

Un saludo,

Nancy Castro

Al terminar de contestar, Nancy se dio cuenta que a esa hora ya debería estar en casa comiendo con su padre, ya que su trabajo era por las mañanas. Y por las tardes se sentaba a la mesa de su oficina en su casa y terminaba de hacer lo que llevaba de retraso de las otras concejalías, pues al final eran tres para ponerse al día.
Se organizó para terminar la tareas pendientes en su casa y se marchó.

Más allá del Instinto - Capítulo 1


 

Capítulo 1

 

Martín dijo a Nancy que le daría solamente cinco minutos para ducharse y vestirse, y que si dentro de ese tiempo ella no estuviera al cien por ciento arreglada, que él se iría solo a ver a su hermana y cuñado, que según ellos, se irían a un bar a picar algo.

Era imposible que Nancy estuviera arreglada en tan solo cinco minutos, ya que estuvo todo el día en el huerto de Martín con un hacha en las manos quitando todo el matorral que se acumulaba, por ese motivo estaba muy sudada, despeinada y necesitaba más que cinco minutos para lavarse bien el pelo y hacer todos los preparativos que le conviene a una mujer para salir de casa en perfectas condiciones.

Aún estaba duchándose cuando escuchó un fuerte porrazo de la puerta cerrando, fue cuando percibió que él de verdad no estaba de broma, y se había marchado sin el mínimo de respeto o consideración por su esposa, según las amigas españolas de Nancy, Martín ya "pasaba olímpicamente" de Nancy, que le daba absolutamente igual sus sentimientos, que importante era que Nancy fuera un objeto sexual, disponible a cualquier hora que él la deseara.

A ninguna mujer se le da bien ser machacada al extremo y fingir que está todo en perfecta harmonía y luego entregarse como si no hubiera pasado nada. Ella lo sabía, tenía claro sus valores familiares y su educación no era para ser sumisa al extremo, sino hacer los deberes de casa como una esposa normal, no como un objecto sin valor. 

Salió del baño con los ojos hinchados de tanto llorar, no creía en todo lo que le estaba sucediendo, su cuento de hadas nada más era que un completo infierno, una realidad que jamás pensó vivirla. Aquel hombre que ella había conocido en Brasil sabía a vino de calidad, y hoy más parecía un vaso de de alcohol etílico puro, imposible de tragar!

Nancy se quedó en el balcón de su piso por muchas y muchas horas, miraba al cielo, a las calles, a la gente que pasaba, y pedía a Dios una respuesta clara, o que alguien le dijera claramente que tenía que hacer y como debería hacerlo para salir de aquella pesadilla. Se quedó allí esperando a que él volviera a casa, pues ya no conseguía creer que se había ido con su hermana a ninguna parte, ya olía a traición, sino, ¿por que no la esperó terminar la ducha? Fue cuando de repente, vio a Martín llegando de coche con su hermana ya muy tarde de la noche, venían de tomar copas juntos. De echo, escuchó a los dos hablando mal de ella y riéndose como si no hubiera nadie más en el mundo que pudiera escuchar a los dos. Nancy a cada vez más se daba cuenta que Martín no era el príncipe encantado que había conocido. O él había cambiado o siempre había sido así, pero usando una muy buena máscara para ocultar su carácter, borde, obsesivo y  destructivo y eso era lo más probable.

Martín ya no quería llevar a Nancy a ningún sitio, tampoco presentarla a la gente. La tenía prohibida de decir a quienquiera que fuera que estaban casados, todo tenía que estar en el más profundo y perfecto secreto. Ni siquiera sus amigos que estuvieran en Brasil podían saberlo, a demás, su familia tampoco. ¿Pero Nancy se preguntaba, por qué nadie podría saberlo? Estaban felizmente casados, enamorados, haciendo el amor absolutamente todos los días, algunas veces hasta cinco veces al día, como dos ninfomaníacos. ¿Pero qué pasó con las promesas de fidelidad, respeto, en la salud o enfermedad y de amor eterno?

La hermana de Martín, Alba García, era psicóloga y muy creída que era la mejor persona del mundo, la mejor esposa, la mejor hermana, la mejor hija y, de echo, la mejor de todo en lo que hacía, se portaba como una lady delante de la gente. Todos la miraban con esplendor y respeto, tamaña similitud tenía con su hermano en ese aspecto, pues todos también los consideraban iguales, graciosos y buenos amigos de los demás.

A principio, Alba envió varios regalos a Nancy en Brasil, desde bolsas, pulseras, cremas hidratantes, todo eso como un símbolo de  bienvenida a la familia García, junto  a estos regalos había una carta que hablaba que esa no era la mejor familia del mundo, también decía que tenían muchos defectos como cualquier otra, pero que allí Nancy tendría todo el apoyo y amor del mundo, desde que hiciera a su hermanito pequeño feliz. 

La carta de su cuñada ya contenían mensajes ocultas que Nancy tampoco se había percatado, como "o hacía a su hermano feliz o ese amor y el apoyo incondicional ya no existirían". ¿Cómo no había percibido en ese momento que toda la familia eran de narcisistas, y trabajaban en conjunto como una manada para hacer a los demás sufrir en caso que la cosa no funcionara como a ellos les gustarían? 

El universo siempre estaba enviando señales a Nancy, de lo que vendría en el futuro, pero Nancy estaba tan enamorada, tan ilusionada con su príncipe encantado, que pasó por encima de su instinto, de sus valores como ser humano, de la realidad que muchos lo sufren, pero que solo descubren lo que es la verdadera realidad cuando sienten en la piel el amargor del día a día de tantas frustraciones.

Al entrar en casa, Martín se fue a su habitación, se tumbó y se durmió tranquilamente, como si no existiera nadie más en la casa. Su fuerte rechazo hacía su esposa era tremendo, y los daños que la estaban causando ya eran demasiados y por supuesto que eran irreparables, un camino sin vuelta.

Las ropas de Nancy eran guardadas en un armario en la habitación de huéspedes y aprovechando que estaban allí, Nancy se puso a arreglar sus maletas, pieza por pieza, con el intento de que no se quedara nada allí en el piso de Martín, todo eso guardados en dos maletas de treinta y dos kilos, por lo cual se podían guardar casi todas para llevarse de vuelta a Brasil todo lo que había traído a España en la primera oportunidad que tuviera, aunque su corazón decía que se estaba precipitando, que Martín quizás cambiaría. Un suave engaño por parte de Nancy haber pensado así, para no decir claramente que fue un tremendo error. Cuantas cosas podrían haber sido evitadas si hubiera escuchado a su instinto interior.

Al amanecer, Martín buscó a Nancy en su cama para forzarla a hacer el sexo matinal al que él estaba acostumbrado, pero percibió que Nancy no había dormido en la habitación del matrimonio, sino en la de huésped. Se acercó a ver si la pillaba y la forzara a hacer el sexo, y fue cuando se dio cuenta que tenía sus maletas de pie, debidamente lista para fugarse, al que este no pensó dos veces, se vistió rápidamente, salió sin desayunar y cerró la puerta de manera silenciosa.

Nancy no había cerrado los ojos toda la noche, había llorado horas tras horas. Se sentía frustrada, decepcionada. Esperaba a que él se acercara y le pidiera perdón o alguna disculpa, por más sencilla que fuera, pero eso no pasó, sintió aun mas fuerte su rechazo hacía a ella.

Esperó escuchar la puerta cerrando para levantarse. Sabía que él tenía que salir a trabajar y se hacía tarde, pero el tiempo pasada y ella no escuchaba ningún ruido. Entonces decidió levantarse, desayunar y quizás enfrentar la fiera de frente en caso que estuviera allí esperando a por ella. Al bajar a la cocina, vio que Martín se había ido, sin siquiera desayunar, pues no había ninguna vaso, ni vajilla ni nada para lavar, cosa que era muy rara pasar, fue cuando se acercó al salón y vio que él se había llevado a sus llaves y cerrado la puerta por fuera, dejándola sin poder salir de casa en caso de alguna necesidad.

Martín solía salir a trabajar a las siete de la mañana y volver a casa a media noche, como se quedaría Nancy tanto tiempo allí? ¿Y si hubiera un accidente? ¿Y si se enfermara? ¿Cómo iba a salir de allí? Todas las ventanas tenían rejas y era imposible saltar.

Nancy tuvo una crisis de tristeza, mezclado a una gran ansiedad y sentimiento de humillaciones, el miedo la consumía y la frustración la encerraba en sus peores pensamientos. Sintió que perdió el control de su vida y empezó a golpearse a si misma una y otra vez, quería perder la vida, quería salir de esa relación de abusos extremos y no tenía fuerzas, tampoco sabía claramente cómo hacerlo. Estaba segura que ya tenía razones suficientes para partir y no mirar hacia atrás, pero es aquí donde empieza su historia...