quinta-feira, 11 de julho de 2024

Más allá del Instinto - Capítulo 3


 

Capítulo 3

Su padre se llamaba Raimundo Castro, era un señor mayor, ya tenía sus 90 años, viudo. La madre de Nancy había muerto de cáncer hace unos pocos años, por lo que hablar de ese asunto le resultaba aun bastante difícil.

El abuelo de Nancy, Francisco Castro, fue uno de los primeros moradores de aquel pueblo, hasta entonces no existían moradores allí. Es cierto que el hombre pagó por todas esas tierras a uno anciano nativo que vivía alrededor.

Era un hombre con dinero, tenía varios barcos de pesca y empezó a desarrollar aquella localidad. Trajo sus empleados con sus familias de otros pueblos más lejanos y les dio tierras para construir sus casas. Registró a sus empleados con su apellido, ya que estos no eran registrados en la época y no tenían raíces familiares.

Antiguamente, la gente sencilla no tenía la preocupación de registrar sus apellidos, no era obligatorio, y así se quedaban olvidados a la margen de la sociedad. De esa manera se empezó la tradición de la familia de Nancy. Con fortuna y bendiciones, eran queridos por todos del pueblo. El respeto era algo que no podía faltar hacia su familia por tamaña gratitud que le tenían a su abuelo y padre.

Los años se pasaron y el Raimundo tuvo cinco hijos, por lo cual Nancy era la más pequeña, y la que vivía con él tras el fallecimiento de su amada madre, ya que sus hermanos vivían en Fortaleza y venían solamente en los fines de semana a visitarlos y pasarlo bien en familia.

Por donde iban la gente os miraba, os saludaba y por encima os respetaba. Eso era algo a que Nancy ya estaba acostumbrada. Aunque no fuera una princesa real, pero así la trataban cariñosamente. Su humildad hacía tratar a la gente como debería ser, de igual a igual, y eso era lo que dejaba la gente contenta en aquella pequeña localidad.

Muchos chicos se apuntaron a casarse con ella, por su familia adinerada. Ese era un gran problema.

Un día se acercó un chico, Daniel Pontes, hijo de un jefe de policía muy conocido y respetado en la región. Él era abogado, pero conocido como un borracho fanfarrón y mujeriego por la sociedad y para juntar las familias, con el apoyo de su padre, le pidió a Nancy en matrimonio, y mismo sin amor, de pronto, Nancy aceptó, aunque su instinto decía que él no era la persona cierta.

Fueron conociéndose, pero el chico seguía ligando con todas las mujeres que se acercaban, mismo estando Nancy cerca. Lista como era ella, inmediatamente se percató que la gente tenía razón y hablaba la verdad sobre él.

No tenían relaciones, ni cercanías suficientes para sentar y aclarar las cosas, pero siguieron juntos por respeto al dicho compromiso, quizás él cambiaría con el tiempo y la cosa podría funcionar.

Nancy y Daniel fueron a una fiesta juntos, y al llegar en casa, Nancy pidió ayuda a su prometido, que le bajara la cremallera de su vestido, usaba una tanga muy sexy y esperaba a que tuvieran relaciones calientes y de una manera que jamás hubiera pensado. Daniel la miró, se tumbó en la cama y de echo, se durmió! Por ser un borracho, meó en el colchón de Nancy, lo que la dejó muy triste, ya que ese colchón había sido un regalo de su fallecida madre. 

Al día siguiente, Nancy cogió las ropas de Daniel para lavarlas y encontró dentro del bolsillo una servilla manchada de pintalabios de color rojo vivo, la marca de una boca y un trazo arrastrando en el papel, se notaba que alguien sacó la ultima gota de color para no estropearle lo que suponía la camisa. Tuvieran una discusión, pero al final, Nancy lo perdonó! Aunque Nancy buscó entre todas las compañeras a ver quien usaba dicho color para poder investigar más a fondo las circunstancias.

Pasados unos meses, Nancy vio por las redes sociales otro chico, que se declaraba abiertamente a su novio en una fiesta del ayuntamiento, diciendo que estaba al lado del amor de su vida, que lo amaba y que aquel día sería increíble. Con esas declaraciones se quedó claro que su imagen de mujeriego nada más era una máscara para ocultar su opción sexual, debido a que su padre era un hombre duro y rígido de la policía. Nancy llamó a su prima y preguntó quien estaba al lado de quien en dicha fiesta, y allí Nancy casi se cae dura en el suelo. Pq solo había una posibilidad, que él era de verdad gay y eso explicaba porque Daniel nunca, jamás, le hizo sexo oral o salvaje entre cuatro paredes, él era claramente gay y tenía asco de estar a solas con una mujer. Eso explicaba muchas cosas, y sus relación sexual casi a cero, y de manera rápida! Quería engañar a Nancy también. Lo que él no entendía es que engañaba a si mismo, y a nadie más.

-Otra vez dirán por las calles que no aguanto con hombre ningún! – pensó alto, ya que vez u otra escuchaba estos rumores por las calles, de los hombres menos adinerados de su pueblo, que en su cabeza no pasaban de simples cotillas.

¡Al percibir todo lo que se pasaba en su entorno decidió dar fin a su noviazgo, independiente de lo que diría la gente!

Nancy no quería decirle directamente que había descubierto su opción sexual, porque demasiado difícil debería ser vivir de esa manera, entonces lo invitó a comer en un restaurante lejano y tranquilo, para intentar entrar en el asunto.

En el restaurante, Nancy lo vio hablando en su móvil de una manera bastante entretenido y sin darle importancia a la presencia de Nancy.

- ¿Con quién tanto hablas? ¿Que no me das nada de atención? , le preguntó Nancy.

- Métase con tu puta vida!, contestó Daniel.

Nancy sabía que aquel era el momento exacto para terminar con todo. Se levantó de la mesa y salió andando sola, en busca de un taxi. Allí no habían taxis, ni nadie que la pudiera ayudar, entonces salió caminando sola hasta que un hombre desconocido preguntó si ella quería montar en su coche, y sin opciones, Nancy aceptó la amabilidad del hombre y se fue a su casa. En mitad del camino, Daniel emparejó su coche al de hombre, intentando forzar que se parara y que Nancy bajara de su coche, pero eso no pasó y siguieron la dirección de la casa del padre de Nancy.

Al bajar del coche, Nancy agradeció al desconocido, le dio una propina y entró en su casa para dejar a su bolso y se bajó directamente a la playa, dándole tiempo a Daniel para que cogiera sus cosas y se marchara de su casa. Al bajar el sol, Nancy volvió a casa y vio que Daniel seguía allí, pero percibió que su coche estaba con todo su bagaje dentro. Daniel estaba sentado con el padre de Nancy jugando cartas, como una despedida entre ellos. Nancy pasó sin saludar y subió a su habitación para ducharse y enseguida bajar para cenar con su amado padre. Al hacer eso, de pronto Daniel se marchó, sin despedidas, ni conversas, ni nada!

Terminó con Daniel sin que su padre se enterara de sus preferencias, pero Nancy sabía que era cuestión de días para salir a la luz todo eso, aunque estaba decidida a que si la verdad saliera a la luz, que no fuera por su boca. Deseó que fuera feliz y que tuviera el valor de asumir sus preferencias, para no tener que dañar a si mismo y a los demás.

Ni Daniel sabía el real motivo por lo cual Nancy había roto y aun intentó que Nancy volviera atrás y reconsiderara semanas después del término, y por días seguidos iba todas las tardes a hacer compañía a Raimundo y jugar cartas con él, con el pensamiento de hacer con que Nancy reconsiderara, tomando otro no rotundamente como respuesta.

Después de esa relación, fue cuando Nancy de verdad se dio cuenta que debería hacer algo por cambiar de vida, de dar un giro de una vez por todas y encontrar a su hombre.

Tuvo varios novios antes de Daniel, pero siempre y al cabo se descubría que no había amor, y todo era por llevarla como un trofeo, por decir a la sociedad que estaban con la nieta de Francisco, la última nieta soltera. Ese el real motivo por lo cual Nancy ya estaba tan cansada de vivir allí. Ella quería más, ella sabía que se merecía más que ese montón de aprovechados. Ella sentía que había alguien a quien amar más allá del océano. Algo fuerte le hablaba dentro de ella.

Un día, cuando su padre se quedó dormido, ya tarde de la noche, Nancy se fue a la baldosa y empezó a mirar las estrellas y pensando, habló sola en voz alta:

-¿Por qué hay tantas personas enamoradas desde joven y yo sigo aquí envejeciendo día tras días, esperando a que alguien de verdad me valore, me respete y me ame de verdad como uno se lo merece?

Nancy no perdía las esperanzas, pero sabía que el tiempo era cruel y no perdonaba la edad. Veía sus amigas casando, teniendo hijos y haciendo viajes en familia, mientras ella vivía de soñar con la suya que debería construir. ¿Pero cuando sería eso?


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